la obra

Cristián desarrolló principalmente una estética naif, cuyo principal rasgo es de cierta inocencia en la forma de querer expresar algo espontáneo y natural. Otro elemento identitario de su arte es la presencia de humor y de sencillez en el abordaje de temáticas complejas. Un tercer elemento es su colorido brillante, el dibujo y su expresión a través de la forma y sus composiciones que a veces distaban de ser académicas, privilegiando la expresión y los relatos.

Al respecto de Lencería Fina, se aprecia una serie de obras que representan a mujeres no estereotipables, destacando la belleza más allá de los cánones tradicionales. A la vez, si bien estos cuadros contienen lencería erótica no dejan de ser ingenuos, puesto que la obra muestra a estas mujeres más allá de lo erótico. No es cosificación porque las mujeres retratadas están en actitud de reflexión y de desprejuicio, de una maneral más natural y espontánea y sin hacer un juicio o crítica. En ese sentido, estas obras pueden ser leídas Rozas como una reivindicación a los cuerpos de las mujeres, que es lo contrario a una cosificación.
Circo junto a Lencería Fina, es probablemente el punto más maduro en términos pictóricos de Cristián Bravo, su libertad para proyectar composición, el desprejuicio del uso del color, la dialéctica en la que entra con los pintores mundiales al interior de sus obras, el código de significados personales presente en la mayoría de las pinturas, hacen de estas series, el cénit de su carrera.